jueves, 28 de enero de 2010

Ossian, el lobo amigo


Hace unos días mi buen amigo Rafael Azuar me envió una historia curiosa a la vez que polémica acerca del fotógrafo especialista en la vida salvaje de los bosques llamado José Luis Rodríguez y un lobo ibérico llamado Ossian.
Al parecer este fotógrafo se llevó un importante premio del prestigioso certamen Veolia Environment Wildlife Photographer of the Year 2009 presentando la foto de un lobo justo en el momento que está saltado sobre una valla de madera rústica no muy alta en un paraje acotado para rodajes de la reserva zoológica de Cañada Real.
Después de que Jose luís fuera encumbrado como el gran fotógrafo del año, resulta que le quitan el premio por supuesta estafa o fraude en la realización de dicha foto. El jurado mandó un comunicado de prensa informando que el fotógrafo vulneró el artículo 10 de las bases del certamen al no fotografiar un lobo salvaje sino uno amaestrado. En otras palabaras, la foto fué preparada, planificada y ejecutada con la ayuda de alguien para dar la sensación que allí estaba el fotógrafo justo en el instante en que el lobo salta una cerca.
La historia de la fotografía está llena de montajes y relatos románticos que han fetichizado muchas imágenes dando como resultado un símbolo representativo de algo transcendental y con muchas lecturas que son resumidas en la foto. Hace no mucho la famosa foto del Robert Cappa la del miliciano caído, forenses y expertos en balística declararon que esa foto es falsa en cuanto a mostrar a un hombre herido de muerte por una bala en la guerra civil Española. No obstante eso no quita que fuera y creo que sigue siendo, la imagen de la guerra, un icono de la sinrazón (como son todas las guerras) del conflicto bélico español del 36-39.
¿Y que decir de la famosa foto de Robert Diosnieu? aquella pareja que de forma efusiva y espontánea se besan en una plaza de París y que el fotógrafo captó ágilmente mientras tomaba café en una terraza al aire libre, simbolizó con esta imagen el inicio de una nueva y romántica esperanza en construir un mañana sin guerras ni conflictos como el que acababa de terminar que era la segunda guerra mundial, dejando una Europa destruida y desmoralizada. Ese fue el relato que hizo sonreír a muchos europeos como referente de un futuro mejor. Pero la historia real fue otra. Esa pareja no eran novios, ni siquiera se conocían. Eran modelos que el fotógrafo había contratado previamente. Y con un lugar y encuadre planificado se llevó a cabo dicha foto.
¿Es por ello un fraude? ¿ Es una foto que no merece ser contemplada como tal? ¿ Porqué la fotografía, que es una representación fidedigna de la realidad, no puede tener una historia imaginada como le ocurre al cine?.
A este respecto, creo que los jurados de los certámenes de fotografía deberían de ser un poco más flexibles a la hora de establecer ciertas normas, porque como demostró en su día Dziga Vertov, en el momento en que encuadramos con nuestra cámara de fotos o de cine, estamos seleccionando el trozo de realidad que vamos a mostrar al público, discriminamos el resto por criterios artísticos y personales, para de esta forma, obtener la imagen que queremos. En otras palabras, siempre existe manipulación y a este respecto siempre la tendrá que haber a menos que seamos niños de 2 años de edad y que sin criterio ninguno le apretemos al botón de disparo y salga lo que en ese momento capta la cámara.
Otra cosa muy diferente es que Jose Luís cuando presentó la foto del lobo saltarín, dijera que la hizo en el instante decisivo porque estaba en el momento y lugar apropiado, entonces si que podemos empezar hablar de fraude, aunque personalmente lo achaco a la picaresca del artista. Al margen de la polémica suscitada y aunque sirva de consuelo al pobre Jose, la foto resulta espectacular, original y merece ser contemplada con deleite.

No hay comentarios:

Publicar un comentario