
Bueno, yo también me dejé influir un poquito, aunque sin la quina y rabia de los pancarteros de turno que desfilaban por las calles llamando asesino a Aznar. No hacía falta demostrar ese odio para rechazar la guerra y sentirse bien con uno mismo al querer de forma pública la paz deseada por todos y todas, ya que no recuerdo cuando Rusia invadió Chechenia, el ver a gente del PSOE o de Izquierda Unida vociferando delante del parlamento de los diputados o a los artistas de la ceja, los paniaguados de ZP, protestando por los terribles genocidios que estaban ocurriendo en el Congo, donde se estaban contabilizando alrededor de 3 millones de muertos y un millón de desaparecidos. Deben ser cosas de la política o la desmemoria histérica. En cualquier caso y para equilibrar un poco la balanza, meto en el chiste gráfico a uno de los mayores genocidas del siglo XX, me refiero al señor Adolf Hitler que está conversando con otro personaje igual de odiado y amado, el mismísimo Satán. Así por lo menos, me curo un poco en salud de la moda de criticar todos a una lo mismo que mandan los medios de comunicación, que muchas veces sólo se preocupan de crear patrones de comportamiento social controlados.
Los politicos ( todos ) se creen que somos marionetas,
ResponderEliminarSomos comodos y egoistas,hacemos poco para demostrar que NO estamos en su JUEGO.
Nos queda , que no nos muevan a su antojo los hilos del alma, el pensamiento...(como querais llamarlo)... aunque sea en silencio