¿Os hace una revolución?

A punto de terminar 2009 y con las luces de la navidad inundando la ciudad y que invitan a la felicidad para que todo el mundo consuma y gaste a trocho y mocho como viene siendo tradición en esta sociedad de consumo, me veo en la necesidad de compartir un pensamiento que surge de una visión externa a determinados acontecimientos que están ocurriendo en este singular reino de España.
Vicente Verdú en su libro yo y tu, objetos de lujo comenta que hace 50 años Michael Ferrer profesor de la universidad de la Sorbona, , cuando quería hacerles reír a sus alumnos les hablaba de religión, sin embargo, cuando les hablaba de política, prestaban mucha atención incluso llegaban a crear interesantes debates con el resto de compañeros. En cambio hoy en día, , cuando les habla de política les hace reír y para captar su atención lo hace hablándoles de religión.
Según el CIS El pasado mes de noviembre la clase política fue citada como un problema por el 16,6 por ciento de los entrevistados, subiendo 3,3 puntos respecto al mes anterior, y ascendiendo del quinto al cuarto lugar, en otras palabras, venía a informar que la sociedad ponía por primera vez en la historia a la clase política por encima del terrorismo. Hoy día la política ha dejado de ser ese arte noble y sublime que mencionaba Platón refiriéndose al servicio y entrega que conlleva la labor encomiable del político, esto es, el servicio a los demás. Como empecé mencionando al principio de este post, que estamos al final del año 2009, se están dando en la sociedad varios y polémicos debates que los medios de comunicación nutren páginas y programas enteros a debatir sobre ellos.
Haciendo sumario de la situación actual, vemos que está el debate abierto sobre la nueva ley del aborto que el ministerio de igualdad pretende aprobar. Es un ministerio absurdo e innecesario que favorece a la mujer en detrimento del hombre y en este caso de la vida humana, capitaneado por una ministra que llegó afirmar que en los primeros 3 meses de vida el feto es un ser vivo, pero no humano y que está demostrado científicamente.
El otro debate lo tienen la asociación de internautas y blogeros que están que trinan ya que han pedido la dimisión de la Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, por considerar que las medidas antipiratería propuestas en el anteproyecto de Ley de Economía Sostenible conllevan "censura" y legitiman el "espionaje en internet". En una nota de prensa, la Asociación de Internautas ha calificado el anteproyecto de Ley una "diarrea legislativa" y ha advertido que si la ministra no dimite "los enfrentamientos serán largos y queda mucha gasolina por arder".
El otro gran debate lo tenemos en la polémica proposición de Esquerra Republicana con el apoyo de los socialistas, sobre la retirada de los crucifijos en los todos los centros escolares. En este caso significa que todos los colegios incluido los religiosos que profesan la fe católica como uno de sus pilares docentes, han de cumplir la ley.
En apenas dos meses han saltado a la palestra informativa de todos los medios de comunicación afines o no al gobierno de turno, tres frentes muy polémicos e impopulares promovidos por uno de los mejores gabinetes de comunicación de este país, esto es, el gobierno ZP.
Si los medios inundan sus espacios informativos con el apoyo siempre efectivo de sus líderes de opinión para defender o atacar estos asuntos, hay algo de lo que evidentemente no se hace eco sin apenas trascendencia para beneficio de los ministros y adlátares paniguados. Me estoy refiriendo a la crisis económica que está sufriendo este país, que para el Economist somos en estos momentos el Enfermo de Europa por el tremendo déficit que en el 2012 será insostenible y ya casi entrando en la uvi en coma profundo. La agencia de comunicación ZP se lo ha montado de maravilla, han creado una cortina de humo excelente, porque es preferible tomar medidas impopulares, innecesarias e incluso contradictorias, antes que afrontar la crisis enconómica. Es más rentable (deben pensar los publicistas de ZP) cabrear a la iglesia católica y sus creyentes, a la gran comunidad de internautas y a los conservadores carcas de derechas que abogan por la vida.
En una empresa privada si un trabajador no da la talla o no es competente con el puesto que desempeña, lo normal y en función de su contrato o el estatuto de la empresa o bien lo tiran a la puñetera calle o lo mandan a un rincón oscuro a realizar tareas de baja cualificación para olvidarse de él. Pues lo mismo debería de ocurrir con los mandatarios políticos. Si un ministro no da la talla o el paquete de medidas que prometió para tal fecha si no se cumplen o se han llevado mal, pues debería de dimitir ¿no creeis?. Pero claro, dile a estos listillos que abandonen sus despachos, coches con su chofer y sus interesantes dietas y sobre todo su parcela de poder en la que después de una siniestra siembra recogen sus pútridos frutos de influencia.
Creo que en estos momentos debemos de llegar a la acción, no mediante la violencia al estilo abertzale etarra sino que tenemos que ser imaginativos con esta gentuza.
Os propongo lo siguiente para empezar a tocarle la moral a la infame clase política: NO VOTAR
¿Que os parece? o pensandolo de otra manera ¿Que pasaría si en este país nadie o casi nadie fuera a votar en las elecciones nacionales o municipales? El impacto no tendría parangón, desde el poder habrían dimisiones en cadena, los mensajes y las acciones de los partidos cambiarían de forma drástica. Sería el auténtico triunfo de la sociedad, ya no sólo de un estado democráico sino de todos para todos. Pensadlo bien, preguntaos honestamente quién os representa y si os sentís identificados con algún politico, o si creéis firmemente que nos va a sacar las castañas del fuego. No os engañéis con la ideología, tan sólo es una excusa para engañar a la masa aborregada que es como ellos ven a la sociedad, estupidizados. Crean y mantienen su mitología de partido para mantenerse en el poder y seguir chupando del bote público que es lo único que les interesa del votante, su dinero.
Pensarlo, aún estamos a tiempo de revolucionar este desaguisado.