La historia de las marcas no es algo de lo que la humanidad se pueda sentir orgullosa. En el pasado se marcaba al ganado y las reses, después se empezó a marcar a personas que fueron denominadas como esclavos, para que supieran quien era su amo, el cual era dueño de su libertad e integridad física.
Con la llegada de la sociedad de consumo a partir de la década de los años 60 las marcas empiezan a jugar un papel cada vez más relevante en la sociedad y empiezan a transmitir sus valores a través de la publicidad para llamar la atención de los consumidores y diferenciarse de la competencia que ofrecía productos o servicios similares.
Entonces llega el siglo XXI y la obsesión por conocer lo que se cuece en la mente del consumidor a la hora de tomar sus decisiones para decantarse para una u otra marca se va haciendo cada vez más sofisticado y es entonces cuando re-descubren “la rueda”.
La clave para manipular voluntades y mentes indecisas reside en conectar con las emociones, es lo que se llamaría: Neuromarketing.
Consiste en destacar frente a la competencia conectando con el comprador a nivel emocional. Al conseguir tal objetivo, el público al que se busca convencer de que tal marca vende algo que necesita, se habrá producido una IDENTIFICACIÓN con la marca y los valores que representa, en marketing se le denomina USP, Unique Serial Proposal, la propuesta de valor, o dicho de otra manera, el porqué deberías comprar lo que te ofrezco antes de que la competencia lo haga.
En esta línea emotiva de estilo de venta, los partidos políticos no iban a ser menos que la marca de un famoso refresco o de unos grandes almacenes.
Ellos crearan su imagen corporativa, es decir su Logo, se vestirán de un color que tiña sus ideales en un lado u otro y se sintetizarán con un nombre fácil y rápido de recordar, este punto es importante para ser memorables y poder estar presente en la mente de un gran público. Todo este artificio, propio de cualquier marca de consumo, se logra para que el iluso votante que espera que algún amo benevolente se acuerde de resolver los problemas que le afectan a su vida y libertad.
Pero al no existir las bases necesarias para que un sistema sea democrático, el votante desconoce por completo que es esclavo de un sistema que lo utiliza a su capricho cada 4 años para legitimar su degeneración y falsa democracia que vienen a diario repitiendo los medios de comunicación. Por lo tanto, el político no tiene otra opción de corromperse moralmente porque sabe que no existe la representación política, sin embargo, puede perfectamente explotar la parte de la identificación de la marca que antes se ha explicado.
Entonces el mecanismo de la propaganda empieza hacer su trabajo de lavado de cabeza y a camuflar los graves defectos de un sistema que es una herencia directa del Franquismo, que a su vez lo fue en su día, del Fascismo Italiano.
El votante se dejará marcar y buscará ser sometido por un amo del que espera recibir algo bueno, a cambio de votarlo para los próximos 4 años, cuando lo único que conseguirá es seguir pagando impuestos y contemplar, de manera pasiva e indignada, las noticias de corrupción que tendrá que leer y escuchar en los medios de comunicación y redes sociales.
Se reparten todo tipo de objetos, se le llama Merchandising, con lo que intentan aumentar la rentabilidad de sus mensajes esperanzadores y falsos porque saben que no van a cumplir ni una coma de su programa electoral, repartiendo mochilas, pulseras, globos y banderillas. Pero llegados a este punto ya da igual, ellos sonríen en los carteles y dicen aquello que el pardillo votante quiere y necesita escuchar.
Tal y como dijo Ortega y Gasset, en septiembre de 1931, sobre la II República recién creada«no es esto, no es esto”
La falsedad del régimen del 78 a convertido todo en banal y carente de valor. Los partidos no ofrecen ninguna propuesta factible con la que poder confiar en ellos, entre otras cosas porque ya son 40 años de incompetencia clara y mediocre de la oligarquía que repite como loros, “esta democracia que nos hemos dado”.
Pues no, no es eso, el tercio laocrático que aguanta los embistes de troles e ignorantes en las redes sociales, lo sabe perfectamente. Sigamos trabajando en pos de ir minando poco a poco este sistema corrupto e ir despertando las mentes de aquellos súbditos que esperan a un amo del que esperan las migajas de su infame gestión.