viernes, 19 de febrero de 2010

Por fin una autocrítica en el cine Español

El pasado 14 de febrero, día de los enamorados y también del séptimo arte y concretamente al cine español, se ofreció la Gala de los Goya 2010 en TVE1 y aunque han dicho que ha sido la gala más vista de la historia, para mía sigue siendo un auténtico tostón. Nada que ver con el sentido del espectáculo que se puede disfrutar y apreciar en la gala de los Oscars, aunque también me resultan aburrida dicha gala.
El señor Alex de la Iglesia, actual presidente de la academia y antiguo friki de los noventa dado a la violencia tremenda y el chiste fácil en sus pelis, ahora es un hombre respetable y con 35 kilos menos. Viste de traje y corbata y parece ser que apoya a la ministra de cultura, la "sindescargas" de internet. Aun con todo este curri del pasado, creo que Alex estuvo bien punzante en la crítica a los egos y vanidades que pululan por la industria del cine Español, en concreto con los actores y algunos directores tipo Almodóvar que se agarra unos cabreos de niño mimado y consentido por no arrasar con los premios de la academia, como si sólo fuera el único que hace cine, los demás solo lo intentan. Aunque a este respecto tan sólo me gustaría añadir dos aspectos que una gran parte del público odia del cine español:
La propaganda política y la mala calidad de algunas de las producciones. Al público en general le enoja mucho que con dinero público se haga un uso político y propagandístico con temas sobre la guerra civil a la vez que la calidad y el acabado de algunas de las películas como el caso de Ja me maten o Los managers, abochornen a más de uno por el malgasto de nuestros impuestos en semejantes bazofias. Sólo espero que por lo menos, en las futuras galas de los Goya no se reivindiquen cuestiones sociales o políticas y únicamente se preocupen del cine y de paso, que intenten hacerlo bien, que para eso les pagamos.

1 comentario:

  1. De todas maneras, no crees que el cine no es mas que un producto de una determinada sociedad o cultura y pedir que nuestro cine sea honesto y profesinal es, aunque bien intencionado, como pedir que no haya politicos analfabetos, alcaldes mafiosos, funcionarios incompetentes o television basura.(por poner unos pocos ejemplos)

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